martes, 28 de octubre de 2008

Otra crónica urbana: Jack

Finalmente el sol se dignó a aparecer. Los cuatro veinteañeros, sentados en rectangulares lonas playeras cerca de un pequeño arbusto, sintieron los rayos golpear sus rostros y cubrir cada centímetro de la plaza Intendente Alvear. A pedido de Tita, Gianinna conectó los auriculares a su celular nuevo, subió el volumen y la radio comenzó a escucharse con mayor nitidez en aquel parque invadido por un intenso olor a hierba que desagradaba a la chica.
Percatándose de la música, un hombre con rizada cabellera negra sostenida por una ancha vincha gris, complementándose con unos cuidados anteojos de sol, ropa oscura y, en su mano, una botella de plástico transparente cortada por la mitad y llena de vino barato, se acercó lentamente al compás de la melodía a los cuatro jóvenes y preguntó:
-¿Qué están escuchando?
Gianinna tomó su Sony Ericsson última generación con toda rapidez.
-No, no te asustes -dijo él con una voz que mezclaba resignación con tristeza.
-No- comentó la muchacha con tranquilidad y posó la vista en la pantalla de su celular- Es Juanes.
-Es Juanes- repitió el hombre con una gran sonrisa mientras se alejaba unos pasos al son de la canción.
Los cuatro se miraron por un instante preguntándose el uno al otro quién era ese personaje, luego cada uno se sumió profundamente en sus propios pensamientos hasta que él regresó.
-¿Sabés quién es Jack Sparrow?- interrogó el hombre a Matías.
- Sí, el de Piratas del Caribe, el personaje de Jhonny Deep- contestó el joven.
-¿Quién?-preguntó Tita a Natalia.
-Jack Sparrow- dijo su amiga con gran claridad.
-El personaje que hace el divino de Jhonny Deep. ¡Ese tipo es tan lindo!-intervino Gianinna.
-Nada que ver, el lindo es Orlando Blumm- comentó Natalia.
-Sé quien es Jack Sparrow- dijo Tita.
En ese momento dos mujeres de avanzada edad que pasaban por allí se las escuchó decir:
-¡Ay, mirá a ese tipo!
-Esperemos que Macri haga algo con esta gente, porque este debe estar drogado y puede hacer cualquier cosa en ese estado.
-Sí, debe estarlo porque dice incoherencias.
El hombre escuchó a las ancianas y volteó su cabeza hacia ellas regalándoles una simpática sonrisa mientras las mujeres se alejaban con rapidez expresando en sus caras indignación por el atrevimiento de mirarlas.
- Yo soy el capitán Jack Sparrow- dijo el hombre al grupo de jóvenes.
Tita pensó por un instante cuantos diferentes mundos convergen en una misma ciudad y en su dialéctica de estar tan cerca pero a la vez separarse cada vez más uno del otro.
Jack señaló la esquina de la plaza y comentó con total seguridad:
-Allá, allá tengo estacionado el barco.
Los chicos volvieron a cruzar miradas por unos momentos pero después cada uno se perdió de nuevo en sus ideas, contemplando fijamente el cielo, mientras el capitán del Perla Negra se alejaba bailando con completa alegría en busca de otros corsarios.

María del Carmen González

No hay comentarios: