martes, 16 de octubre de 2007

Otro buen cuento: Mensaje


Nada fue igual después de aquel 28 de octubre de 1977 para Augusto Peñalba. Desde ese miércoles primaveral en el cual su mujer dejó de estar a su lado, todo careció de sentido en su vida.
Habían sido quince años los que Augusto Peñalba vivió junto a Mercedes hasta aquel día de octubre. Ni una carta, ni un mensaje dejó Mercedes. Sin embargo, Augusto no sintió la necesidad de buscar nada. Nada encontraría en la radio. Nada encontraría en la televisión. Nadie escribiría sobre ella en los diarios.
La casa en donde vivieron tanto tiempo permaneció intacta a lo largo de los años. Augusto Peñalba había tomado la decisión de dejarla tal cual estaba aquel día. “No sea cosa de que Mercedes vuelva y se enoje porque le toqué las cosas” fue el pensamiento que acompañó a Augusto Peñalba con el correr de los años.
La habitación matrimonial conservaba los muebles en su lugar. El ropero aun resguardaba la ropa de ella en el mismo lugar en el cual lo había acomodado. En la mesita de luz, sobre la tapa de El Capital, todavía descansaban los anteojos que utilizaba Mercedes para leer por la noche. La persiana de la ventana permaneció baja y sin ningún síntoma de querer ser levantada alguna vez. Hasta el mantelito tejido por Mercedes, percudido y amarillento, reposaba sobre el mueble del televisor blanco y negro.
Sin inquietudes ni autointerrogatorios Augusto Peñalba se autoencerró y aceptó que el miedo subterráneo lo dominara. Dejó pasar los años y las etapas. Jamás pudo salir de sí mismo. Nunca logró mover las cosas del dormitorio ni levantar la persiana. Ni los vientos más alentadores pudieron empujarlo al compromiso. Así vivió hasta ayer. Veinticinco años pasaron. Veinticinco los que cumpliré mañana. Solo una vez pude decirle padre a Augusto Peñalba. Sólo una vez. El miedo que lo acompañó hasta ayer fue el mismo miedo que paró su corazón al conocerme.
Soy el número 76, y no es sólo un número. Lamento que augusto Peñalba haya entendido y aceptado el mensaje.
Darío Vargas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

kari! re bueno el cuento.. me gusto mucho... pense que se me iba a hcer largo para la pantalla pero no! porque me atrapo!
me siento realizada dejando un comentario jajja
flaviE

Anónimo dijo...

Muy bueno el cuento. En una primera lectura no lo había entendido, pero releyéndolo y reparando en los indicios lo terminé de comprender. Ingenioso.